miércoles, 17 de diciembre de 2008

CONEJO EN MANO


Pedro Roca en 1957
(Foto: Álbum familiar)

'Yo pertenezco'
Luis Eduardo Aute

"... Yo pertenezco a la tierra
y al agua que a la semilla alimenta,
yo pertenezco a aquel niño
que alguna vez murió..."

sábado, 13 de diciembre de 2008

CRÍTICA LITERARIA

ARTÍCULO DE FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA
Catedrático de Literatura Española, Teoría de la Literatura y
Literatura Comparada de la Universidad de Murcia
(Publicado en LA OPINIÓN de Murcia, 12/12/2008)

'Memorias de un murciano irrepetible'

Manuel Madrid (Murcia, 1979) es un periodista de LA OPINIÓN, que ha escrito una excelente biografía documentada de un murciano irrepetible, Pedro Roca Saura, que fue a lo largo de su vida promotor de empresas agroalimentarias y sobre todo un hombre de fe que llevó su bondad a tierras de misión remotas. Su muerte en plena madurez, aún muy juvenil, conmocionó a sus muchos amigos de Torre Pacheco, de Murcia y de lejanos lugares africanos, y su recuerdo permanece imborrable en la memoria de todos. Por todo ello nos parece que ha sido una magnífica idea publicar esta espléndida biografía ilustrada, cuyo título refleja muy bien el alcance de su contenido: “La herencia de Pedro Roca Saura. Memorias de un murciano irrepetible”, que ha publicado justamente la Asociación Cultural 'La Herencia'.

Leemos en el libro, en efecto, la historia del empresario murciano Pedro Roca Saura, fundador de la institución ferial Ifepa y también de la ONG Proyecto África-Amigos de Malí. Nacido en El Jimenado (Torre Pacheco) en 1956 y fallecido el 28 de abril de 2003, tras una delicada enfermedad, fue una figura clave en el despegue económico y social de la Región en las décadas de los 80 y los 90. Para realizar Manuel Madrid su trabajo, en el que mezcla los géneros de la biografía y el reportaje periodístico, se ha basado en los testimonios de numerosos familiares y amigos de “Pericales”, como afectuosamente era conocido este empresario que llegó a presidir el Club de Golf de Torre Pacheco, el Rotary Club de la localidad y de la Asociación Cultural La Herencia. Se trataba, como señala el biógrafo, de una especie rara de agricultor bien formado científica y técnicamente, ya que cursó estudios de Ingeniería Técnica Agrícola en la Universidad Laboral de Sevilla, pero sobre todo nos hallamos ante un agricultor para que el que el campo era toda su vida, su trabajo, su máxima aspiración, su “modus vivendi”, su pasión continuada desde la infancia hasta la venturosa madurez.

Prueba de ello, es que Roca Saura estuvo presente, cuando no protagonizó, todos los acontecimientos importantes de la vida agrícola regional durante aquellas décadas. Fundó el sindicato de jóvenes agricultores Asaja y fue uno de los artífices de que en 1986 se lograra la ampliación del trasvase Tajo-Segura en el Campo de Cartagena, además de crear la ya citada institución ferial Ifepa. Alumno de los salesianos de Cabezo de Torres en su infancia y juventud, vivió su vida como un camino de fe y fraternidad que le llevó a empresas de gran calado solidario, ya que creó la ONG Amigos de Malí, para prestar su ayuda en uno de los países más pobres de África Occidental. Cuando conoció, tras un viaje a aquel país africano, las necesidades de la población y la miseria que atenazaba a sus habitantes, enfocó su vida y sus negocios de una forma más pausada y, en cierto modo, se apartó de la escena pública para dedicarse a realizaciones que enriquecieron definitivamente su vida espiritual.

Manuel Madrid lo define muy bien con estas palabras que revelan la calidad de su persona y el carácter bueno y afable que adornaba el espíritu de este murciano excepcional: “Dispuesto día y noche para los negocios; venerado y envidiado al mismo tiempo por su inagotable capacidad para aglutinar proyectos, voluntades e ilusiones en una misma dirección... todas sus pequeñas y grandes conquistas se trazaron con el afán de engendrar un mañana de riqueza y armonía para la Región de Murcia. Desde su segunda fila nunca persiguió la gloria personal en sus propósitos, pero lograba sobrecoger a cualquiera con su campechana generosidad, su natural desparpajo, su salesiana constancia y su arrebatada manera de vivir sin descanso hasta esa azarosa madrugada de primavera. Contagió a los demás de ilusiones para construir torres de esperanza, ya fuera en el Campo de Cartagena o en las orillas del río Níger, y viajó sin pedal por el mundo con cargamentos de alegría, ternura, calor, fe y lágrimas como exceso de equipaje”.

El volumen, maravillosamente editado, está ilustrado por numerosas fotografías que acercan al personaje a sus lectores. Fotografías familiares, entrañables, desde la infancia hasta los últimos días; fotografías oficiales, rodeado de cuantos con él hicieron una labor inolvidable para la agricultura de la región; y fotografías tomadas en tierra de misión, en Malí, prueba de la generosidad solidaria que caracterizó sus últimos años, y testimonio de su labor a favor de los demás. Imágenes para acompañar a un texto dinámico y entrañable en el que los testimonios de muchos van formando en la memoria el recuerdo de un personaje singular, único e irrepetible. A través de las palabras de familiares y amigos, Manuel Madrid ha ido tejiendo un relato sin pausa, inevitablemente con una cierta celeridad, que nos lleva desde los orígenes al final tan próximo como inesperado de Pedro Roca Saura, un personaje para ser recordado, no sólo por los que le conocieron sino, como es mi caso, por los que, a través de un libro tan útil como ameno, hemos llegado a admirar a un personaje irrepetible.

domingo, 30 de noviembre de 2008

DEPENDENCIA DE ALICANTE


El 22 de noviembre de 1994, harto ya de tantas habladurías y en vísperas de "un paréntesis en mi vida", Pedro Roca expresa en un artículo publicado en LA OPINIÓN su agradecimiento a todo el equipo humano de Ifepa por haber sido capaces de mantener encendida, con su esfuerzo, la llama de un ilusión. Pedro ironiza en este artículo, titulado 'Murcia, ¿te das cuen...?', sobre la dependencia crónica que tiene Murcia de Alicante. Por ejemplo, cita el caso del aeropuerto y propone, en tono jocoso, que se cambie el nombre del aeródromo y se le añada 'Y Murcia', "de forma que todo el mundo comprenda la obvia mejora de nuestras infraestructuras, de nuestras comunicaciones y de nuestro turismo". "Y animo a que se extienda también esta idea genial a la Universidad de Alicante y Murcia, Cámara de Comercio de Alicante y Murcia, Instituto Ferial de Alicante y Murcia, y así sucesivamente". "Con tristeza denuncio que en esta Región seguimos como siempre. Un par de ideas, varios proyectos que se presentan casi siempre como definitivos y búsqueda de aliados fuera de nuestras fronteras. Parece que hay que mantener por encima de cambios, renovaciones y crisis político-económicas los beneficios, niveles, cargos y poder de unos cuantos. ¿Qué importa lo que realmente ocurra a la región entera?. No se busca la cohesión interna ni apoyar los factores que hacen Región, ni la fuerza en nosotros mismos, tal como personalmente denunció recientemente la presidenta de la Comunidad. Parece que se quiere vender el paño encerrado en el arca y luego tenemos que pedir a nuestros vecinos, que sí son capaces de exhibir orgullosos sus recursos y aprovechan sin miedo a gastos y endeudamientos, que nos permitan cogerles de un dedo"...

En la imagen, Pedro Roca Saura, a la izquierda, entregando un diploma a Juan Moreno, uno de sus apoyos más firmes en los primeros años de la institución ferial.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LÁGRIMAS


Llanto acompañado
(Foto: Manuel Madrid)

domingo, 23 de noviembre de 2008

NIÑOS

"Niño de Malí. He venido a regalarte las migajas de mi mesa, el tiempo que me sobra, pero me he cruzado en tu camino sin pedirte permiso, sin avisar, de una forma súbita y brutal".

Emotivas palabras de Pedro Roca Saura tras ser testigo de un atropello durante la expedición a Malí en 1999. Afortunadamente, el niño salvó la vida gracias a la labor del equipo sanitario de la ONG 'Amigos de Malí'. (Foto: Manuel Madrid)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

DAVID BRUGAROLAS



El diseño del libro es obra de un joven murciano, David Brugarolas (www.pro-estudio.com). Sin duda, ha sido uno de los mayores aciertos y desde aquí quiero darle públicamente las GRACIAS, así como a Juan Roca y Juan Miguel Sánchez Nieto por confiar en él. Ojalá podamos seguir colaborando en el futuro, David.

sábado, 15 de noviembre de 2008

FUTURO



Una generación detrás de un balón.
(Foto: Manuel Madrid)

SALESIANOS



Contagiando felicidad.
(Foto: Manuel Madrid)

BARRIO DE YOFF (DAKAR-SENEGAL)



"Por mucho que hagas por África, África siempre hará mucho más por ti"
Pedro Roca Saura
(Foto: Manuel Madrid)

lunes, 10 de noviembre de 2008

TATUAJE


Mujer marcada por las circunstancias
(Foto: Manuel Madrid)

domingo, 9 de noviembre de 2008

RÍO NIGER


Niña en una isla del río Níger, frente a Mopti
(Foto: Manuel Madrid)

sábado, 8 de noviembre de 2008

BAMAKO

'Despedida', de García Lorca
(Fotografía: Manuel Madrid)

Si muero,
dejad el balcón abierto.

El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo).

El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento).

¡Si muero,
dejad el balcón abierto!

BAOBAB

'Campo', de Antonio Machado

(Fotografía: Manuel Madrid)

La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.

Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.

Y ese árbol roto en el camino blanco hace llorar de lástima.

¡Dos ramas en el tronco herido,
y una hoja marchita y negra en cada rama!

¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda

AFRICANOS


"¡Es alucinante ver la cara que ponen cuando oyen saltar los granos de maíz en la sartén! Los africanos son una gente excepcional. Admiro su talante, su conformismo elegante. Tienen un modo único de aceptar su pobreza. Aunque sólo tengan un trozo de pan para ellos es tan importante que lo cuidan y lo miman como si se tratase de un tesoro"

Pedro Roca Saura
(La Opinión, 03/01/2001)

EL PAÍS DE SUS SUEÑOS


La República de Malí, el antiguo Sudán francés, acabó siendo el país de los sueños de Pedro Roca Saura. La biografía editada por la Asociación Cultural La Herencia traslada al lector a lugares comunes en su vida como Bamako, Mopti, Ségou, Tombuctú, el desierto del Sahel y el País Dogón, Sikasso, el río Níger... Con Pedro nació en la Región de Murcia todo un movimiento solidario hacia Malí que se ha mantenido hasta ahora gracias a la ONG 'Amigos de Malí'.

jueves, 6 de noviembre de 2008

EXPEDICIÓN A MALÍ (2001)

Pedro Roca Saura, en uno de los ocho Peugeot que la ONG 'Proyecto África-Amigos de Malí', fundada por el empresario pachequero en 1997, llevó hasta Malí en una expedición en 2001.

Foto de Carlos Gallego (LA OPINIÓN de Murcia)

'Pericales' en plena juventud

CON SUS MAESTROS

Pedro con los maestros de su infancia: los salesianos Paco Silvestre y Alberto Serrano, personas que ejercieron gran influencia sobre 'Pericales' durante su estancia en el internado de los salesianos en Cabezo de Torres (Murcia). Casi tres décadas después se reencontraría con ellos en Malí en 1994, tras dejar atrás su etapa como director gerente de IFEPA.












SIN VÉRTIGO

Pedro Roca Saura nunca tuvo miedo a nada. En la imagen, subido a un trampolín durante su estancia en la Universidad Laboral de Sevilla, donde estudió Ingeniería Técnica Agrícola.

PAÍS DOGÓN

Aldea de Teli, en el corazón del País Dogón, un lugar detenido en el tiempo y uno de los escenarios del libro 'La Herencia de Pedro Roca Saura. Memorias de un murciano irrepetible'. Pedro realizó 13 viajes a Malí: el primero en 1994 y el último en 2002. Hasta allí llevó a empresarios, médicos, enfermeras y amigos solidarios, a los que ilusionó con sus proyectos y contagió su afán de engendrar un mañana de paz y armonía en uno de los países más pobres del mundo. "La gente debe ir a África con independencia de la mentalidad que tenga. Conocer la realidad africana es una obligación para una persona del sur, máxime cuando la tenemos tan cerca. Es una experiencia más gratificante que ir a Terra Mítica o embarcarse en cualquier oferta turística", decía 'Pericales'.

MALÍ EN EL CORAZÓN








EL VIAJE ACOMPAÑADO
(Publicado en LA OPINIÓN DE MURCIA, 27/07/2008)
'MALÍ EN EL CORAZÓN'
Por Soren Peñalver (poeta y viajero)
(Foto de Manuel Madrid)

El pórtico de una monografía divulgativa sobre los pueblos africanos, dirigido por Sir Edward Evans-Pritchard, profesor de Antropología Social en la Universidad de Oxford, comienza con esta frase del poeta de los siglos XVII y XVIII Alexander Pope: "El único objeto de estudio digno de la humanidad es el hombre". Es hermosa la frase, con la que estamos absolutamente de acuerdo, pues reúne en sus escuetas palabras todo el humanismo que merece nuestra condición humana.

Un libro aparecido esta primavera, 'La Herencia de Pedro Roca Saura', del periodista y escritor y gran viajero Manuel Madrid, cumple con la visión del poeta prerromántico inglés, pues se centra en un hombre excepcional, 'un murciano irrepetible' (así se subtitula la obra), el empresario y filántropo (definición hermosa, caída en desuso) Pedro Roca Saura, natural de El Jimenado (Torre Pacheco), desaparecido en plena vitalidad personal y social, dejando una estela de tristeza sobre un espacio ausente, como el sentimiento de nostalgia e inquietudes que dejan los hombres santos, los benefactores de la humanidad.

Manuel Madrid, nuestro joven e incansable amigo, ha querido escribir su libro sobre Pedro Roca con la intriga de la admiración por una vida que no por pública dejaba de ser profundamente personal y original, nada adjunta a tópico alguno, lejos de la convencional norma al uso de los hombres adinerados con generosa conciencia. Manuel Madrid nos ha dado un libro único, irrepetible como su biografiado, y con el cual hemos viajado a África, en toda su amplitud, aunque para no abrumar con perspectiva desmesurada, el centro de nuestros pasos y punto medio de nuestros ojos se detienen en Malí, el país del río Níger y de numerosos lagos, de la mítica Tumbuctú.

Exactamente al sur de Tumbuctú, en la frontera entre Malí y Burkina, se encuentra el país de los dogón, interesante etnia cuya historia y tradiciones, usos y labores están íntimamente ligados a ritos y símbolos, danzas, cantos y atuendos, siempre relacionados con la fertilidad y el origen del hombre y todo lo creado.

Entre colosales bloques de arenisca, a menudo asediadas por violentos vendavales, crecen baobab aislados, tamarindos y acacias. El paraje es como una visión dantesca, en donde la humanidad gira como en círculo, en sus tareas diurnas; la cosecha del mijo, el arroz y el maíz, la elaboración (por la dedicación de las mujeres) de los objetos de barro cocido, el pastoreo, el juego de los niños. Las noches son de una calma de planeta muerto, con las estrellas más brillantes del firmamento sobre cualquier parte del mundo.

En Malí se encuentra una de las artes más bellas de toda África: la escultura dogón. De ella ha escrito Denise Paulme, de la École Pratique de Hautes Études, París, indicando la fuerza espiritual que transmiten sus máscaras, generalmente de madera, y las estatuillas en terracota de sus antepasados. Pero como hemos indicado, el hombre es el más interesante y podemos decir que único y digno objeto de estudio…

En los últimos días de 2006 y primeros de 2007, en estas mismas páginas, aparecieron sendos reportajes sobre Senegal y Malí. 'La fragilidad de los dogones', es un buen título, con el que Manuel Madrid se refiere a las aldeas de macizo de Bandiagara (LA OPINIÓN, viernes, 29 de diciembre, 2006), remontándonos a los siglos XI y XII. Madrid nos aporta bellísimas fotografías de esos enclaves que, como hemos indicado, Dante y Doré pudieron conocer, pero que, en su imaginación, supieron con genio vislumbrar.

Ecole de Kafana 'Pedro Roca' es el nombre de un colegio en una aldea de la región de Sikasso, inaugurado en 2003, y en donde Pedro Roca, impulsado por la ONG 'Proyecto África-Amigos de Malí', fundó generosamente el primer centro de salud. En 'La Herencia de Pedro Roca Saura', su autor, Manuel Madrid destaca, al cerrar su hermoso estudio sobre este hombre peculiar y de personalidad única, lo siguiente: "En septiembre de 2003, a los seis meses de su fallecimiento, María Dolores y sus hijos viajan hasta Malí para visitar el primer centro de salud comunitario para el que se había conseguido financiación cuando Pedro estaba al frente de la ONG. La cita es en la aldea de Kafana. Para Pepe y María era su primer encuentro con la tierra de la que tanto habían oído hablar a su padre. "Nada más llegar saludamos a los ancianos y después caminamos por unas calles solitarias hasta que al girar nos encontramos a dos mil o tres mil críos en fila con camisetas con la cara de mi padre. Atravesando aquella fila enorme de gente parecíamos el Real Madrid en su gira asiática. Nos quedamos paralizados", relata Pepe… A María incluso la abordaban en las calles cuando descubrieron que era hija de Pedro Roca. "Yo no me podía creer que en el mercado de Bamako llorara la gente cuando le decíamos que había muerto mi padre, en Mopti los vendedores de la puerta del Hotel Kanaga me regalaban collares diciéndome que mi padre era un hombre bueno" (pág. 135).

Pedro Roca Saura (1956-2003) vive entre los que le conocieron y amaron. Sobre todo, en el Sahel africano, entre cuyos habitantes es asumida memoria de bondad y generosidad solidarias. Este otoño, volveremos con este hombre, que nos acompaña en este viaje. Manuel Madrid, su biógrafo, hará una presentación oficial de su libro, en honor de ese 'murciano irrepetible', Pedro de Malí, cuyo nombre y figura se van engrandeciendo según pasan los años.
Soren Peñalver

Manuel Madrid





Murcia, 1979




Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, recibió su bautismo periodístico en Diario 16 Madrid, donde vivió el ocaso de la histórica cabecera, y en Radio Nacional de España. Su interés por la fotografía documental le ha llevado a publicar crónicas de sus viajes por América, Europa y África en la revista Tiempo y en el diario LA OPINIÓN de Murcia, donde trabajó como redactor del área de Local desde 2002 a 2010. Actualmente desempeña su labor en el grupo 'LA VERDAD MULTIMEDIA'. Es colaborador de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Smumfyc) y ha impartido talleres de Fotoperiodismo para jóvenes y adolescentes en el programa Redes del Ayuntamiento de Murcia, en la Fundación Machaqa Amawt'a (Bolivia) y en las ONG Ideais de Volta Redonda-Río de Janeiro (Brasil), Dinamismo Juvenil de Ciudad de México y Amigos para la Infancia de América Latina de Corrientes (Argentina), donde ha realizado estancias de voluntariado social. Estas experiencias viajeras aparecerán publicadas próximamente en un libro en formato de crónicas solidarias sobre América Latina. Habitualmente participa en los seminarios de formación que organiza el European Journalism Centre (EJC) de Maastricht (Holanda) para la innovación en el ejercicio del periodismo. 'La Herencia de Pedro Roca Saura. Memorias de un murciano irrepetible', editado por la Asociación Cultural La Herencia, es su primer libro, disponible ya en El Corte Inglés de Murcia y en la Red de Bibliotecas de la Región de Murcia.

BIOGRAFÍA





'LA HERENCIA DE PEDRO ROCA SAURA. MEMORIAS DE UN MURCIANO IRREPETIBLE'


PUBLICAN LA PRIMERA BIOGRAFÍA DEL EMPRESARIO MURCIANO PEDRO ROCA SAURA, FUNDADOR DE IFEPA Y DE LA ONG 'AMIGOS DE MALÍ'

'La herencia de Pedro Roca Saura. Memorias de un murciano irrepetible' es obra del periodista Manuel Madrid y ha sido editada por la Asociación Cultural La Herencia de Torre Pacheco


MURCIA. 6 de Noviembre de 2008. La Asociación Cultural La Herencia conmemora el quinto aniversario de la muerte del empresario Pedro Roca Saura (1956-2003), una figura clave en el despegue económico y social de la Región en los años 80 y 90, con la edición de un libro, 'LA HERENCIA DE PEDRO ROCA SAURA. Memorias de un murciano irrepetible'. A través de los testimonios de más de cuarenta allegados, el periodista Manuel Madrid (Murcia, 1979) ha reconstruido la vida de este "agricultor ilustrado" que fundó la primera institución ferial de la Región de Murcia, IFEPA. Mentor de jóvenes emprendedores, malabarista para los negocios y un gran relaciones públicas de la Región, Pedro Roca nació en El Jimenado (Torre Pacheco) en 1956 y murió a los 47 años el 28 de abril de 2003 mientras estaba en lista de espera para recibir un trasplante de pulmón en el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona.

“Pericales”, sobrenombre familiar, estudió Ingeniería Técnica Agrícola en la Universidad Laboral de Sevilla y dedicó su vida a impulsar la economía del Campo de Cartagena a través de su oficina de estudios y proyectos técnicos, desde la que creó un sinfín de cooperativas agrarias y diseñó infraestructuras para el desarrollo de la comarca como invernaderos, balsas de riegos, naves industriales, mataderos y centros comerciales. En 1984 consiguió la primera subvención de la Comunidad Autónoma de Murcia para la creación del recinto ferial de IFEPA, que hasta entonces se venía celebrando en un campo de fútbol de Torre Pacheco donde se exhibía al aire libre maquinaria y productos agrícolas. IFEPA organizó bajo su dirección y gerencia siete certámenes anuales (Agricultura, Alimentación, Turismo, Automoción, Construcción, Ofimática, Arte y Moda) y tres salones paralelos (Agua; Mármol y Piedra, y Bodas y Celebraciones) y llegó a convertirse con los años "en un acontecimiento ineludible por el que pasaban la flor y nata de la economía y sociedad de la Región. Pedro fue también miembro fundador del sindicato de jóvenes agricultores, Asaja, y uno de los artífices de que en 1986 se lograra la ampliación del Trasvase Tajo-Segura a una tercera zona regable en el Campo de Cartagena, la Cota 120, que afecta a 11.000 hectáreas de suelo fértil.

En 1994 Pedro Roca abandona la institución ferial para hacer "un paréntesis en su vida" y viaja a Malí, uno de los países más pobres de África Occidental, para reencontrarse con los que habían sido sus maestros en el internado del colegio de los salesianos de Cabezo de Torres, Alberto Serrano y Paco Silvestre, personas de gran influencia en el empresario pachequero. Aquel viaje le hizo enfocar su vida y sus negocios de una forma más pausada, se apartó de la escena pública y afrontó unos años "fecundos y extraordinarios" en el plano personal. Fundó en 1997 la ONG 'Proyecto África-Amigos de Malí' y se volcó en la creación de infraestructuras escolares y sanitarias en el que acabó siendo el país de sus sueños. En la ONG involucró a profesionales sanitarios de los hospitales de la Región, a infinidad de empresarios y personas anónimas que se dejaron guiar por este gran "Merlín de los Sueños" que quiso mucho a África y también se hizo querer en Malí, donde varias escuelas y hospitales del país llevan hoy su nombre.

Los últimos años de la vida de Pedro Roca estuvieron marcados por una fibrosis pulmonar, que no le impidió crear en el Campo de Cartagena los primeros albergues para trabajadores inmigrantes y ocupar puestos de responsabilidad como la presidencia del Club de Golf de Torre Pacheco (uno de los primeros seis campos públicos que se construyeron en España), la presidencia del Rotary Club de Torre Pacheco y la presidencia de la Asociación Cultural 'La Herencia', "el sitio de reunión y encuentro de las culturas y de los pueblos", desde la que organizó las famosas “comidas de los martes” en su finca familiar de El Jimenado "para soñar y compartir inquietudes". Por la Casa Grande desfilaron importantes personajes de la escena pública como miembros del Gobierno regional, empresarios de todos los ámbitos, intelectuales y artistas, que participaron en conferencias multitudinarias con la excusa de comer "unas patatas con huevos fritos". La Herencia llegó a convertirse en uno de los foros de opinión más libres bajo la batuta de Pericales, que ejercía como "maestro de ceremonias".

La Casa Grande de El Jimenado, ligada a los últimos templarios de la Región y un lugar de enorme interés arqueológico, fue también el refugio espiritual de Pedro Roca en los años más delicados de su enfermedad y allí fue donde construyó la plaza de toros Carmen del Alba, donde entrenan hoy los jóvenes novilleros de la Escuela de Tauromaquia de la Región. Valiente y emprendedor, con un sentido del humor envidiable y una vitalidad encomiable aún en los años más difíciles de su enfermedad, Pedro Roca se convirtió en el "mayor embajador de Torre Pacheco". "Nunca se avergonzó de ser murciano y todas sus pequeñas y grandes conquistas se trazaron con el afán de engendrar un mañana de riqueza y armonía para la Región de Murcia", asegura en el libro el periodista Manuel Madrid. "Pedro presumía de ser más del campo que San Isidro Labrador -sostiene el biógrafo- y lograba hipnotizar a cualquiera con su afecto, fraternidad y solidaridad. Fue un domador de conciencias, un ocurrente contador de historias y un enfermo desobediente y lograba sobrecoger con su campechana generosidad, su desparpajo, su salesiana constancia y su arrebatada manera de vivir sin descanso".

Pachequero universal, impenitente murcianista y español confeso, la Asociación Cultural La Herencia, que ahora edita este libro, confía en que el legado de Pedro Roca Saura sirva de ejemplo, inspiración y estímulo para las nuevas generaciones de emprendedores que siguen pensando que "otro mundo es posible".